miércoles, 10 de octubre de 2018

TAÑIDO DEL DIEZ.

TAÑIDO DEL DIEZ.
A Maria Sospedra.

Otro día que no pasa en vano, otro tañido que apulgara la ansiedad de no saberte entre nosotros.

Otro tendido 10 que se abarrota, de miradas, de horas, de minutos que explotan, al apretarlos fuertes al pecho ceñido, con el respirar entrelazado a tu recuerdo.
Parecerán inciertas mis palabras, rebuscadas a alguien les parecerá, pero a ella, a Maria Sospedra, le gustaban esas hojas de albahaca que salían de las macetas de mi mente al escribirlas, por eso lo hago aquí, aquí escritas, y lo hago allí, en mi mente, donde germinan y brotan estas que aquí disculpo antes de que se lean, son, de ustedes, mías, nuestras, son del que las oye al leerlas, del que agarrota pupilas al fijarse en ellas.
Mi poner en ellas lustre, es por ella, por que si ella lo ponía en todos los trotes que diera, por que no ponerle riendas limpias, a estas letras que se, las lee, ella.
María. se, que han pasado varios meses, que llevo desde que lo se, partiendo a preguntas el viento, a muchas horas del día, y mas fuertemente los diez,
No, no nos conocíamos en persona, nos decíamos ¨holas¨ de tarde en tarde y nos reíamos de vela en vela,
Había semanas que ni hablábamos, pero como hace la marea, sin que la haya muy alta, la orilla sabe volverla, a caminar en cuanto pueda.
De siempre fuiste vivencias para mi, pues nos conocimos en donde se juntan las letras, por que tu estabas en vela, y yo las noches ni verlas en ¨dormires¨ solitarios puedo,
Me contaste y hablaste, de tu vinculo con Jerez, mi tierra, hablaste y contaste, de yeguas, de potros, tu niñez y tu escuela, donde trotaste una vez y dejaste el alma entera.
Donde hablamos muchas veces, de que a volver querías a calzarte las espuelas, por la calle de larga y porvera, pisar Jerez a mi vera, aprovechando visitas a amigos de alta escuela.
Mi relación con el caballo era poca, pero por ello, no menos buena,
Nosotros nos llevábamos bien, que me llamabas, hasta amigo, titulo nobiliario demasiado alto para mi, ser tu amigo y ser de ti, para mi, era un orgullo, saber de cuando reías, de cuando salias de viaje a cuadras lusitanas, me sentía orgulloso de como tus amigos te hablaban en portugués, declarando el amor por tu persona,
Flipaba y flipo con tus perfiles, en fotos, tu pelazo, tu carácter, tu postura pinturera, cabalgando al trote tu yegua portuguesa, preferida y tal que así que del relincho que se pudo oír, cuando partiste a la otra vereda, hoy la tienes a tu lado, a la mano, y a dos riendas, San Pedro contento está, que ahora trotas a su vera, en las dehesas que en el cielo, tiene la cuadra Sospedra, y hasta un día vi una luz, sin tener noticias, si quiera, que cruzaba el cielo azul, tañido del diez era.
Dolió y crujió la frase, que tu padre así me diera, días tras de si quedaron, pensando en porque te fueras, Meses antes, hablábamos de Ivan, de su entrega, de una partida que te costaba, entender.
Te veía leones en tus fotos, tus perfiles de whasapp, te preguntaba yo, y me dolía tu pena.
Tañidos del diez, chicuelina a pies juntos, en frente tuya la espera, diste una y luego otra, la vida puso un traspiés, del que te saliste fuera,
Dueles y sonrío, de la rabia tal vez,
duele oír el tañido, que me pasa por mi vera, cada vez que vivo un diez,
es como la magnificencia que tiene un relámpago antes de predecir el trueno.
Dueles y no te olvido, canallesca las maneras de la vida, de estrangular sin medidas, la feliz memoria de haberte tenido como eso, mi amiga.

María, ten por seguro, que en mis días y mis rezos, está tu nombre a porfía.

Te quiero amiga mía!!!!!

No puedo acabar esto, sin el grito de guerra nuestro, cuando a arrear nos atusábamos, un Jooooooooooooo!!!!, eterno y enorme.

A Maria Sospedra

@botadejerez

Diez del diez de un año que no debió llevarse lo nuestro.