Buscando vamos, siempre vamos, nunca volvemos sobre ellos, aunque a veces aseguremos este gesto de volver sobre lo andado.
No se puede desandar lo andado, podriamos confirmar que volvemos a pisar por donde lo hicimos un dia, pero sobre esas huellas solo podriamos volver a pisar, lo andado deja huella, la huella es la prueba imborrable de que pasamos por allí, de que vivimos ese paso, y el que le sigue, y el otro, y el otro.....y así muchos, tantos como el oleaje no haya borrado aún.
El pisar en la vida, el dejar huella en todo aquello, grande o pequeño que hagamos, es por defecto, defecto del ser humano.
fallo o virtud que traemos de fabrica.
Somos presos de nuestras huellas, somos autores o complices de ellas, somos hasta benefactores de sus formas, porque, cada paso deja una marca, una huella, diferente en el trazo, en las formas, las maneras, dejamos la huella en la arena de la vida, para que al instante, el viento del azar y de la vida como tal, moldee esta huella y la haga unica, unica en sus maneras, en las sombras que proyecta en el futuro más inmediato.
Vamos caminando, y dejamos huellas a seguir, a eludir, a servir de ejemplo para mal o para bien.
Vamos dejando la huella en el sendero, para que el aire del mundo, o bien las borre, o las use para en el hueco de esa huella, hacer un refugio de prosperidad.
Protejamos las huellas que creamos que sin duda, serán huellas a seguir.
José Catalán Reyes Inevitable el dejar huellas en la arena
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