Tenia que hacerlo, me dije, no podía dejarme ir hasta el abismo, aunque avisté sus lindes. Ví y sentí y noté, que podía volver.
No quise percibiros, amigos, pocos, pero ruidosos dentro de mí, agitabais pañuelos desde un horizonte que se turbaba cuasi transparente en aquel oleaje tremendo, de aquella tormenta, tremenda.
Tenia que volver y así hice, volví, no sin antes batallar y dejarme la piel a jirones, escalando los escarpados riscos de esta montaña de vuelta.
No se vuelve por el camino de ida. Tenia ante mí un sendero que conducía a valles de maleza abrupta primero y tras él, una llanura pantanosa al otro lado.
Ya soportaba en mis espaldas por aquel entonces, el bochornoso y conciso peso de la soledad, y en mis manos, palpitaban las durezas casi necrosadas de las llagas que me hice cuando un golpe de mar, giró el timón del barco de mi vida bruscamente y me hizo encallar en las poco profundas aguas del mar que llaman del dolor.
En ese momento quise hundirme con mi buque insignia, desmallado por aquel golpe mar, quise dejarme ir...quise olvidarme de mí.
Y ese mismo mar me sacudió llegando a darme la vuelta, cuando boca bajo me hundia, y tragué su amargor salado, y sacudí de un espasmo terrible mi cuerpo, y aún sin fuerzas, floté hasta la orilla, con el rocío de la mañana, como el de esta mañana en la que vuelvo, me estremecí de tormento.
No sabia si aquella tierra que firme se presionaba bajo mis pies, era la tierra soñada, pero me dí por enterado, al mirar los riscos, que era la misma de la que partí.
Volví, entre abrazos y miradas, entre palabras y frases.
Y estaban tus ojos, el faro,
y estaban tus manos, amigas,
y estaba el verso de tu pluma,
y estaba tu hombro costalero,
de mil fatigas curtido,
y estaba la cruz, fué mi sino,
y estaba la hoja perenne de mi fe.
la que olvidé recostada, al salir, en el dintel.
y tres amigos de bonanzas
Esperanza, Caridad y Fe.
José Catalán Reyes, a los amigos que me hicieron el camino más fácil.
Jerez 17 del mes once de 2009
Javi Rincón, por ser la voz de mis letras ( Caridad )
No quise poner tu nombre por si te molestaba, pero tu sabes que tus ojos son un faro de diamantes deslumbrantes desde un respiradero mirados. Por ser tú el ancla en mi pecho ( Esperanza ).
A mis amigos, verdaderos y anónimos en esta ocasión, pues era vuestro deseo mi llegada a buen puerto ( Fe )
Menos mal que has vuelto, porque ya eran muchos días. Me alegro de que después de tomarte tu tiempo, volvieras al principio de todo, de donde partiste. Lo difícil no es mantenerse, sino volver.
ResponderEliminarUn abrazo
E.
Estupendo escrito. Enhorabuena por volver despues del largo y tortuoso camino. Saludos.
ResponderEliminarMi blog de Diseño Grafico:
http://www.ramonferrera.blogspot.com
Volver y Siempre de Frente!!
ResponderEliminarUn abrazo Bota!!
Es bueno conocer la profundidad de los abismos, y es grande el escrito para leer su nombre en él con todas sus letras. Gracias por otro momento de lectura intima. La hoja de mi Fe esta en una maceta...
ResponderEliminarMENOS MAL QUE HAS VUELTO
ResponderEliminarUN ABRAZO
SEGUIREMOS LEYENDOTE.