jueves, 15 de noviembre de 2012

AL PALIO DE LA VIRGEN


Llega en la noche la calma de ver la cruz traspasada,

llegan los ecos de imsomnios tras el lúgubre capirote,

llegan pisadas descalzas bajo esbozos tules negros,

se vela la noche y se calla, cuando crujen las enaguas.


Paso el umbral de la vida, y me adentro en madrugadas.

Beso el clavo y la palabra, y yo no soy nombre ni nada.

Paso a ser tu costalero, la muerte viene avalada,

por un nombre escrito en mi, costalero de pisadas.


Te debo una madrugada, palio del desaliento,

te debo una madrugada que mi juventud no quiso,

la lluvia calmó los gritos que por adentro pasaban,

te debo una madrugada, si no es aquí, cuando muera.


Seré costalero de saya rebozada en ataúd de piedra, la piedra de tu fachada....

de maderas rematada,

empiezas desde el lamento a convertir en faldón,

los bordados de los sueños,

que por enésima vez, cierro los ojos y veo.



Me deslumbro con el rumor del revuelo,

de la plata cuando pasa de ser noble a ser sagrada.

rememoro con mis manos al acariciarla,

lo que sintió aquel orfebre con el cincel que soñaba,



Creó sin saberlo, una catedral temblada, un sonajero de espuma, para que la luz brillara.

cera arde cerca tuyo, intento contar las veces que tintinea el pabilo, cuando estremece el sigilo, de sobrepasar tu cara.

Flores que se inventaron, olores a piar y arrullo, de palomitas que vuelan al escuchar el murmullo.

De fuera en los extramuros, espera la plebe a verte, murmullo...



Doce fueron saliendo, uno a uno, paso lento, silencio del desaliento, el palio de los murmullos.

Y entre la mitad de doce, luce el sol sobre las sienes, allí te me vienes lenta, entre el amor de los tuyos.

y calmas la sed que había en el silenciar del gozo de verte a ti en tu salida.


Aun no me había fijado en el techo que te cubre, sabia de el, pero siempre, al mirarlo dí contigo, pues ahora que me pasas, miro al cielo y lo bendigo...


Soniquetes de oros bailando con la misma aguja, churumbelerias de pases en alberos de terciopelo, no puede ser mas torero, ese palio que te cubre....


Quien hoy sujeta la escuadra de la manigueta errante en la noche, se siente valiente escolta de saberte uniforme en la noche muerta.


Sonriente, discreta, de colores de Inmaculada Encarnación de María tu cara, tus manos dos puertos donde arribar la mirada y amarrarlas a tu talle, capitana de la luna de nissan que nos guarda.


Tu espalda al mirarte verte que es irte para volver, no tiene mas que tu nombre en cada vuelta de las hojas que pigmenta de oro los vuelos del clavel de tu cara, sonriente, discreta, si se me permite llamarte alegre....en el gozo de saberte triunfante de vida e hijo.

Se muere al mundo, y se es salvo en la gracia de los escritos, que es la fe del erudito, y el anhelo del que mira.


Vine , entré, miré, sentí tu altar doliente en el gozo de un auxilio de muros de san Miguel, paré el reloj al mundo, más no pude retener, si quiera el momento de hallarte.

Me quedé con el tintineo juguetón de un cirio que en la primera linea guardé al apagarlo bajo el zurrón de mi alma.

Te debo una madrugada si no es vida, guardame pues María, para ser tu costalero en la gloria de tu dicha.


José Catalán Reyes
el " bota " de jerez



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