martes, 26 de abril de 2016

HACÍA TANTO

Hace tanto que no escribo...
que no es lo mismo que pensar, hace tanto que no vuelco palabras en renglones, que, a veces pienso o pensé que ya no era posible conjugar sones y musicalidad a las letras.
Han pasado tantas cosas, tantos palillos rotos, tantas veces que alcanzaron los pitones la muleta...
hace tiempo que no andaba fino por los alberos de la vida.
A ratos caminé por soleados parajes, solo pero entre la muchedumbre que gritaban a otros.
A ratos parsimonioso mi caminar, para poder prolongar esos vítores a otros,  somnoliento el respirar,
altiva la esperanza de buscar aromático el momento, gozosa la tapadera abierta de ese tarro que la mente llama de los "esencicos" momentos, o como yo les llamo, " esos almacenes, de donde el alma se nutre", de donde, cuando uno se para a la sombra en el camino, saber edulcorar el momento, retrayéndose a estos que alimentan el recuerdo y avivan si se decae en el paso que al menos, deberíamos de marcar con son y sino los destinos...del caminar y el vivir.

Han pasado 8 faenas... Una semana que engloba palmas y sudarios al viento... Una navidad y un adviento,
Han pasado entre oleajes hasta un verano sediento, de sal y de sol certero y hasta pasó y se quedó, la perdida de quien estaba viviendo, caminando va ya para el cielo.
Vuelta a las miradas que no están, miseria de este vivir, que no es mas que el partir, de quien comienza viviendo para luego discurrir, por las memorias del tiempo.

El tiempo que pasa y vuelve, las fechas, momentos que envuelven la vida como un presente,
-Si lo abres, tuyo es, si lo guardas, ya no es tuyo.
regalo que tuyo es, vívelo con mucho orgullo.
pero quitale el papel,  a desgastar con orgullo lo que la vida te de.

Hacia tiempo que no escribía, hacia letras y renglones que no departía con un fondo blanco donde procrear frases de sentido preñadas. Y aun así, casi no logro hacerlo.

Una tras otra, soltando muñecas como el que enseña caminos, como el que abre las puertas, como el que desencajona el burel  de la liturgia literaria.

desentumecida ya la bisagra del poder hacerlo, vamos a ver si encomiendo las teclas y los pinceles a las musas de las horas, implora escupe y palpa, escribe y vive.

Para nada que sirve, para mucho que hacia falta.

José Catalán, volviendo a las andadas escritas.








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