Buenos días, renglón sobre el que mi escritura baila suelta.
Pasaste por mi jardín ayer y me contaste hoy con el primer calor de la mañana, que no viste flores para ti,
Tus flores no están en mi jardín para que las vea " to el mundo "
tus flores están en mi alma, donde te gozo profundo.
Tu verso está en mi desvelo, por desearte yo el mundo,
tus flores las riego yo con el despertar inmundo de saberte lejos de mí, pero cerca de mi corazón.
Tu brillo perdurará por el paso de los años, en el cristalino de mis centros.
Caminas con eco en el gres de mi suelo de loza, taconeando certera, como aquellas primaveras que vivimos juntos.
El moreno de tu pelo, me lo desayuno por migas a cada hora que pasa de este reloj que no avanza, pues se paró una tarde de lluvia, de gotas grandes en el parabrisas de mi coche, mientras susurraba por dios, mientras susurraba.
No están a la vista tus flores, esas las huelo yo, cuando se apagan las luces,
Y las acaricio yo, como acariciaba tu piel, sobre arenillas de amor, bajo el sol de aquel verano, cuando la huella quedó, sobre el capó de aquel mi coche, solo lo sabemos tu y yo.
Pasaste por mi jardín, y no viste tu, tus flores, el tiempo me las sembró, en el centro de mis bosques, que ni los aires te rocen, para que crezca con voz, y lamentos y susurros, y gritos de viva voz, que si alguien te cortase de raíz daría un clamor, como si mi pecho rasgase,un puñal de afilador.
Estás muy dentro asentada, eres cimiento y columna de lo que soy, un trobador.
como hablar si cada parte de mi mente es tuya,
antes de ver el sol, prefiero escuchar tu voz,
saber que se puede, querer que se pueda,
sabes que soñaré, si no estás que me despierto contigo,
No quiero estrella errante,
no quiero ver la aurora
quiero mirar tus ojos del color de la cocacola....
Como vas a ver tus flores, si esas, están ocultas en rondas de pueblos viejos, en caminos, carreteras, en ciudades y posadas, en avenidas y callejuelas.
Como vas a oler tus flores, si esas están en sabanas envueltas, con arrugas de tu cuerpo, con albores de azucenas, con las gotas de rocio, con las que riegan las huertas.
No puedes verlas, pero si sentirlas, y como las quieres ver, me abro las venas a espuertas, y me salen chorreones al hablar de tu grandeza.
Y para tapar la herida, yo no quiero usar las vendas, prefiero la seda y el tul, por que eres tu, para mi, como para el zapato el betún, sacas brillo, pules, eres tu para mi, como la espuma para el mar, necesaria al llegar a la orilla del encuentro.
Para la gente serás tu, para mi, mi tul, tu mi tul, para mi, tul, pa.....................tul.
José Catalán Reyes, en el patio de mis bosques, sigo regando la flor, que sembraste aquellas tardes, Gracias
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