jueves, 8 de julio de 2010

SONSONETE DE SOMBRAS

Es mucho de la soledad, caminar por lo oscuro del camino.
En la marabunta de lo cotidiano, noto su sombra agrandarse.
Y que me gusta tu sombra, agrandarse al soniquete.
Soniquete que juguetea con la soledad extrema.
Tu sombra que me defiende, cuando la soledad me muerde.

Guardo en el zurrón del sueño, algunos rizos de tu pelo,
el moreno de tu cuerpo, lo desdoblo yo a mi suerte,
La soledad, ay! la soledad, ella viene cuando callo, a tocar en mis desvelos.
Eres como la frescura de acercarse al arroyuelo,
Eres como el chubasquero que me resguarda a tu suerte,
Eres el sueño que tengo, de alguna vez encontrarte,
Aun no sé si tu existes, o eres con hueso y con carne.

Caminando por lo oscuro del camino,
se hace grande el desatino,
la soledad acechante,
con sus dientes da chasquidos,

Y yo me aparto andando firme,
y el sonsonete se pierde,
susurrando en el sendero,
lamentando el desatino.

Se que vienes a por mi,
enemiga soledad,
buscame! ven a por mi!
pero cuando quieras llegar.

Te estaré esperando yo.
y cuando quieras pisar,
y hacerte presente al fin,
de mi boca escucharás.

-" Sonsonete de las sombras"
a ti te bailo al compás,
y te voy a amortajar,
con lo fuerte de mis sueños,
pa cuando quieras tentar,
tu suerte contra mis sueños.

Aquí te voy a esperar, ven conmigo, yo te espero!

miércoles, 7 de julio de 2010

REVIRÁS DEL ALMA

La luz en aquella habitación, era tenue y tranquilizadora, por tener las persianas a medio bajar, el clima, el normal cuando abierta está la ventana y la corriente que se produce, hace mecerse casi al compás los visillos, levantando ese agradecido y acariciador aire, leve pero suficiente.
la acústica, casi muda por la hora de la sobremesa, se basa en ese vital momento quebrado a instantes por el canario de la vecina, que pone banda sonora al momento plácido que se instala en el lugar, de la calle solo se cuela de vez en cuando el pasar de algún vehículo, distante, hasta hace si se me permite decirlo, conjunto con aquel piar musical.
Solo la quietud del momento, lo rompen varios elementos, conjuntados, necesarios, y conjugables entre ellos, el lamento de una garrucha de tendedero allá en el patinillo, el tic-tac del reloj del salón, y mi propio respirar.
Todo quietud acompasada, jugando los sonidos y el clima.
Cierro los ojos y denoto, siento, y hasta sopeso el instante, inevitable el suspiro, acto reflejo, producido por el ambiente irrazonablemente creado.
Y de repente una pregunta suena, callada y sorda, como si fuese una gota en el silencio de un baño, esa gota, como si fuera una gota cayendo en la noche precipitada hacia el estruendo de su caída, sorda y callada, sin sonido, la pregunta no sucumbe al silencio creado, ni al propósito de no hacerle caso, sin más, surge y grita en silencio.

Mas que preguntar, parece que grita afirmando, en una extraña entonación
-¿Que hora es!.
Soy yo mismo, o es algo dentro de mi quien grita. ¿Seré yo?. Seguro!;
El pasado, el futuro, incluso a veces el presente, intentan manipularnos con insinuaciones tan simples como esta que lamenta el alma en ese momento dentro de mí.
¿Hacia donde va el riego de la circulación en ese momento?, ¿que tanto de nosotros queda eclipsado por preguntas así?, ¿cuan dura es la piel a veces, que con arma tan desgarradora como esa pregunta, esta no se rasgue ni un ápice al sentir su punzada dentro?.
¿A donde conducimos la respuesta, para que esta no quede rumiando las entrañas de la consciencia?.
Buscando en los altos del armario del recuerdo, seguro que tengo un abrigo para calentar tantos escalofríos. Busco, rebusco, miro las tallas y los tejidos, los extiendo delante de mi, intentando hacer al cuerpo, aquella prenda que sujeto con la punta de mis dedos ( son recuerdos, tejidos a mano casi todos ellos ).
Pruebo ahora si el tallaje del recuerdo, coincide con la talla de tal cuestión.
Mando pasar al probador.
Desnudo, pruebo, repruebo, lamento y confirmo que ha engordado en algo, la consciencia al recuerdo, ya no es temporada para algunos tejidos.
Casi me muerdo en el lamento de verme desnudo y sin lamento firme, para aquella lamentación sorda de aquel instante sin valor aparente.
Desnudo estaba ante el espejo de aquella inmensa duda, atornilladora, punzante, retorcida en demasía, y con aquel extraño acento y con aquella extraña entonación, entre pregunta y lamento afirmante.......¿Que hora es!.
Súbita, imprevista, inesperada y puede que hasta bruscamente. Vislumbro en segundo plano, pequeña y delicada, una pequeña reseña en la etiqueta que pendía de un recuerdo en el armario.
Se manifestó ante mí, brotando de la nada, aflorando hacia mí, como escudo protector.
Sonaba la leyenda en aquel recuerdo gritando.............
" Da la vuelta si no sabes si es la hora, Da la vuelta y vuelve a preguntar después "

Así de sencillo era todo desde el principio.

Si no sabes si hay salida,
o si cabes por la puerta,
si no sabes ni la hora,
ni si te quedaras con fuerzas.

Mira antes alma mía,
donde queda aquella puerta,
si es que cabes por entero,
sin dejarte nada fuera.

Es mas sencillo mandar,
revirar el alma entera,
que una vez que te has pasado,
sacar media por la puerta.

Por lo menos que tu sepas,
las medidas,
"por si aprietan"

Pepe Catalán.......Desvariando en la noche. Revirando el alma en la Plaza del Tormento

martes, 6 de julio de 2010

ALBORES

Albores son los colores,
con los que me anuncia tu cara,
llenita de bendiciones,
el querer de tu mirada.

En el cielo del amar,
el sol sale por las manos,
cuando me abrazas de veras,
al desperezar la mañana.

Albores es lo que siento,
cuando vienes calle abajo,
y se me salen de dentro,
to las penitas del pecho.

En el soniquete de tus pasos,
me ralentizo la vida,
y me adormezco queriendo,
pa gustarme en el anhelo, de saberte caminando.

Albores de seguirte queriendo,
de amarte hasta el morir,
es lo que siento cuando te veo.
verte venir hacia mí.

Te espero a la sombra o al sol,
donde tu quieras que estés,
y es que mi espera es el albor
de una mañana sin verte.
y sin verte son albores, de una muy segura muerte.

" en los albores soñados, todo es soñado, albores siempre, al fin y al cabo "

jueves, 1 de julio de 2010

CAMINO DEL SOL

¿Imaginaste la luz que desprende una ciudad desde justo antes de llegar a lo alto de la ladera, desde el otro lado?.
Parece que algo arde detrás, todo lo que se interpone entre esa linea que hace cumbre y el resplandor que emana de lo que imagino un circuito de luces de farolas y coches que circulan,se recorta como cartulinas y tijeras juntas.
Contrasta el oscuro de donde estás ahora con la incandescente vida que crees que hay al remontar ese cuesta, eso crees.
Incluso te creías que allí hasta llueve diferente, hasta que se está diferente.
Crees que el suelo que allí se pisa es hasta diferente.
Incluso creías que todo allí te anudaría a verlo todo mas claro.
¿recuerdas cuando te conté que la noche es igual en todos lados?. ¿O que al menos eso creía yo?.
Compañero, la noche es noche por que se pone el sol y sale la luna, en todos lados igual, aunque no se vea la luna, allí está, a eso le llaman noche.
A veces pensamos los locos, que le llaman noche a la falta de sol, habría que indagar en los ancestros para ver si alguien puede explicar de donde viene el nombre de noche.
Y sabes!, en la suela de tus zapatos, hay varias muescas, resultado de los dientes del camino, ellos no entienden de noches ni de días,ellos solo soportan tu peso, tu estado, tus noches y tus días, tus luces y tus sombras.
Igual que tu ropa, todo lo que llevas encima, no entienden de eso.
Imagina a aquel campesino que con un yugo y dos cubos a los lados de este, soporta un peso que cree necesario para realizar el trabajo, recortado en aquella delgada linea que separa la luz de la oscuridad, camina creyendo saber a donde, yendo a donde solo sabe. Sin plantearse si podría ir a otro lugar.
Encontró en la noche calurosa ese campesino un sendero, con luminiscencias revoloteando, ¿ autosugestión ? o realidad......
El sentía que algo lo llamaba mientras pasaba el tiempo por dentro de él y por fuera suyo.
Supo esperarse a si mismo, caminando se tubo paciencia, y llegó a él algo que en principio parecía seguir siendo la misma linea incandescente de detrás de la ladera.
Pero aquello iba tomando albores mas que perpetuidad luminosa, aquello crecía, tanto dentro de su espera, como fuera de su esperado. Y los tornasoles de la noche, se tornaron en suaves, al principio, celestes, y en inmensos, luego, azules intensos, y verdes de copas altas, y amarillos de sol de cuidado. Había llegado el día!, habías sabido esperar "amigo vikingo", y el día te llegó como deseabas que llegara.

A mi hermano amigo Vikingo
Tu sabes de que noches y que días hablo compadre amigo