martes, 22 de septiembre de 2009

LA DESMESURA


Sintiendo lo que veo, aturdido a veces por lo fuerte de la emoción que se abalanza sobre la propia cordura.

Intentando asimilar a veces sin exito, cuantas cosas suceden sin avisar.

Estar siempre al acecho, atentos, con "ojo avisor", apostados, con los "cinco" sentidos en guardia, y algún que otro recurso más en ristre, a la caza del momento.
Esperando percibir lo imperceptible a veces para otros, para los demás, para el que desde la segunda fila de la apreciación, para el sordo que no quiere oir, para el ciego que no quiere ver, que no es más, que la desidia de la misma persona por no querer sentir nada nuevo, desde la comodidad de la simplicidad que ofrece el más común herror humano, la aparente "insociabilidad", el pánico que tenemos a asociarnos a sentir algo en común.

Te ubico, imaginate que está lloviendo, corres a resguardarte debajo de un pequeño y verde árbol del parque, creyendote al resguardo de las multiples gotas que desde nubes claraoscuras caen sin pausas entre unas y otras, constantes y regulares, llueven, como momentos, pasan como instantes. Pero llueve al fin y al cabo, te hablo de gotas en este momento, pero amplia el recurso e intenta abarcar más, así.

Y de repente llega alguien o algo (abre los recursos) , a pararse debajo de ese mismo verde y pequeño árbol del parque, y con un golpe seco y premeditado sobre y contra el tronco, hace caer sobre tí las gotas con las que no contabas, esas gotas que incluso ni siquiera esperabas contar con ellas, y caén distintas a las de fuera, más llenas de agua si cabe que las que ahora están siendo desperdiciadas por el olvido de un suelo de hormigón, la desidia...

Esas gotas de resguardo certero, con más agua si cabe, con más esencia de gota en si mismas, nos traen, la desmesura, algo con lo que no contabamos, algo que la furia y el orgullo hace salir a veces de unos adentros que creiamos vacios de ella, debemos saber apreciarla, no ya el valorarla si quiera, más degustarla te recomiendo, pues la desmesura es el paladar de los momentos. La desmesura. Lo desmesurado del momento, del gesto, del gusto, del lamento, del ultimo alarido, del ultimo atolón antes de avistar tierra.

La desmesura a veces, o siempre bien visto, se podria decir que nos sorprende, pués es inesperada siempre, impredecible, inexacta en su medida, la desmesura.....

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