sábado, 26 de septiembre de 2009

TE TUBE EN MIS BRAZOS



-Que quieres que te cuente que tu no sepas,
que te voy a contar, si fuiste tu quien me instaste para que yo a verte fuera.
Te tengo siempre presente, te consta,
pero a veces,
como buen Jerezano......y me remito al dicho, aquel que afirma...- " El de Jerez, como no toque...no vé ".
-Te cuento:
Horas antes, te necesitaba tanto..., ansiaba verte y hablarte tanto..., que sabiendote fisicamente imposible en la distancia.
A la cartera heché mano cuando recordé que en papel tenia tu cara,
te miré, en el retrato, impreso en papel, pequeño pero nitido, aquel que un dia, en el que tu paseabas por calles tan Jerezanas como tuyas,
me llegó de manos de un amigo en común.
Todo eso, despues de verte venir desde muy muy lejos, y ansiando tu llegada hasta mí,
y disfrutando de tu cadencia,y del soniquete de los adoquines de las calles a tu paso,
pues cuando tú pisas en ellas, dejas sentir el aroma de la flor, dejas en cada rincón que miras,
la esencia del carisma de tu caminar,
dejas la sonoridad sorda de la elegancia, eso dejas tú, con solo lo simple de cualquier gesto tuyo,
tal como el de levantarte inmensa ante la atenta mirada de aquellos que aguardan el romper del silencio de tu quietud.
Y tu nombre!, que chasquido en mi alma, cuando me digo tu nombre.

Pues necesitaba tanto de tí, que me dije tu nombre,
miré tu foto, respiré y te llamé al encuentro,
y fué reboloteando mi suspiro, con tu nombre pintado al oleo prendido,
planeando solito, se fué a llamar de lamento al azulejo de tu casa,
y tu sonrisa contestó al lamento,
y me dijiste ven a verme, que tú tambien necesitabas de mí.

Acudí en cuanto pude, en cuanto la hora daba entrada a estrellas, en cuanto la hora dejaba a la luna el protagonismo que requiere, en cuanto pude, lo sabes, acudí.

Y te encontré gloriosa,
y te noté orgullosa de verme, contenta, risueña, hasta pizpireta te encontré esta noche que relato.
No quise ni mirarte al principio, te veia tan bien puesta, que pensé que el mirarte de reojo si quiera,
arrugaria los vestidos que lucias,
espantaria la belleza de tu cara, y espantaria al tiempo, que de seguro al verte,
se paró en ti por toda la eternidad.

Preferí pensarme más cerca de lo que estaba,
te susurré un poco más fuerte de lo común,
y te imploré una caricia de favor,
entonces, te presentí enojada,
entendí en ese momento, que si me habias reclamado, querrias entonces algo de mí,
con tu permiso y paralizado más y más a raiz que me acercaba a tus plantas,
abri sentidos, puertas y cerrojos, abrí los sotanos de oscuridad rebozantes, asomé a tu entendimiento,
todo aquello que mi suspiro te adelantó.

Y te me ofreciste,
y me pediste, sin mirar,
por que tu no miras jamás,
jamás dejas de mirar a la vez, que te abrazara.
Que te aupara, en el corazón fervoroso que en mi pecho aclama tu nombre.
La flamenquez de tu nombre....
Y la hora que antes daba entrada a estrellas,
trajo las estrellas de esa misma hora a tus sienes.
Y la luna que a esa hora pretendia requerir protagonismo,
timidamente te daba su tiempo a tí.
Señora de rotundo nombre,
de sonrisas diluidas en blancuras de cara,
de tu cara, que hasta morena la veo, si me apuran las duquelas de la desazón por verte.
Morena blancura, la de tu cara, pintura...
Y una luna a tus piés.
Y unas estrellas en tus sienes.
Hicierón crecer la riqueza, de lo bello de tu cara.

Y a posarte paloma, te fuiste (pues noté como volabas),
bajo un almendro, dijiste,
que alli cerca te añorabas,
te dirijiste silente, con cetro, luna y corona.
Y me pediste mi fuerza, para subir la montaña.
Pues pesado el rebaño es, y aun lo es más tu realeza.
Y te hice mia del talle,
te miraba y no creia,
tenerte tan cerca mia, tocando la gloria misma.

izada en volandas vas,
por tu rebaño sostenida,
y por sus rezos sumida,
en un vuelo de hermosura tal,
que aún queriendose posar,
el la cima la Pastora,
yo no la quiero soltar,
que a mi las fuerzas me sobran,
cuando siento el suspirar, de tu grandeza, Señora!
-Ya está!,
se acabó, (me susurra una voz de cerca),
dejadla descansar, contemplad cuanta belleza,
-dad dos pasos atrás, y allí, en lo alto ya estás.
Y dos pasos nos alejan,
y cuantos más pasos doy,
mas pareces que tu dás.
Pero tengo la certeza
que más en el tiempo me acerca la oportunidad,
que me dá la grandeza, de sentirme costalero,
de tan purisima Realeza

José Catalán Reyes, en el relato que fué tenerte en mis brazos, Divina Pastora de las Almas del Convento de Capuchinos de Jerez de la Frontera, en la subida a tu paso, el pasado dia 23 de Septiembre, hoy es madrugada del 25 al 26

No hay comentarios:

Publicar un comentario