lunes, 12 de marzo de 2012




A LAS VELAS DE MI VIDA:

Me viene soplando el aire señor, me viene gustando la tarde de brisa clamorosa de cincos de la tarde, te vengo buscando en la mañana, oliendo el azahar y el incienso que perfuman el momento....

Mi norte lo marca un minutero que busca poco a poco, sobre horquillas el momento.

Me place buscarte desde que era una niña, entre el mecer incierto de unos hombres que lo ponen todo para que la mar de un gentío, la surque el buque insignia de la flote mas cristiana que jamás existió.

Y te descubro entre rezos de garganta por soniquetes flamencos allá por una calle que se estremece de tu quejio.

Tu cara, y tu cuerpo desnudo de toda maldad, y me reflejo en ti, en la expiración que emana lenta, pausada, no te quieres morir cristo de velas henchidas de sol y luna, vientos que nos dan la vida para surcarte en el valle de lágrimas de una madre de lágrimas inundada.

Te descubro allí vivo, triunfando en la espesura de una muerte que te ronda, y te dejo a tus pies mi aliento de expiración también lleno.

Te dejo mi aliento, mi rezo, mi vida, toda yo me ofrezco a darte ahora que lo impones y exijes...mi vida, Cristo de la Expiración, capitán de un barrio, fragata firme donde navegamos contigo muchos de los marineros que vimos en tí, ese timón donde aferrarnos fuertes a la singladura segura y firme de nuestra vida cristiana y cristifera, para que cuando la tempestad se haga presente, no dudemos en fijar nuestro norte a donde señala la cruz donde clavaron tu verdad.

Y quiero hoy que te veo alumbrado de mil miradas, unirme al gozo de llegar al puerto seguro de tus manos, y sentirme una mas, de cuantas personas gozamos de la gloria de sabernos en tu mirada reflejada.

Cuantas veces creí expirar, cuantas veces me creí clavada en una cruz de redención, cuantas veces me sentí sola en un golgota de piedras y espinas, pero hoy, sé que ni estaba sola, ni estaba como tú, tu expiración es la mía, mi alegría es la tuya, mi rezo hoy es para ti, por ser el el timón de mi barca, por ser la vela que me abarca por entera.

Desde niña vi tu faro encendido en el puerto de mis noches oscuras, de siempre me sentí barquita de tu flota, y hoy llego certera a lanzar mi ancla y arribar a tu vera. Aquí estoy, sigue guiandome como antaño, como siempre, sigue siendo la luz de mis noches, la luna que me lleva.

Sigue siendo el sol de mis días, el clamor de la claridad.

Y entre sol y luna tú, centro de mis centros........

José Catalán Reyes, el bota de Jerez, para María del Carmen Martín Andrada

Jerez de la Frontera siendo día 12 de marzo de 2012

1 comentario:

  1. Bota, me alegro que vuelvas a tomar pluma y papel, o teclado si así de directo fue. Me alegro que sean varios los días seguidos en los que sacas de ti y nos lo muestras. Aquí hablas tú, en tu cuaderno de claros y nubes. Un abrazo, siendo el día 12 de marzo de 2012.

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