miércoles, 25 de junio de 2014

Lo que no se ve...



Estar aquí es saber hoy, lo que no se ve!
La ausencia de lo existente.
La existencia de lo ausente.
Un fandango en la alborada.
Roto por el quejio frío, seco, exacto,
De un contundente expresar de nobleza y bravura, un relincho de potro!
Allá lejos, cerca en el tiempo, pero en la oscuridad y en el desconocimiento del terreno, lejos, el Rocío de la noche lo trae a mi, ay Dios mío! El Rocío de la noche en la aldea...
Grita la chicharra en la noche, a compases de segundos, insistente como el martillo en el yunque de la fragua de la gloria... Incesante, agujerea el silencio y yo me guardó para mi todo!
Me guardó lo que no se ve!
Ahora la calma, la espera. De la que tantas veces hago gloria en mis letras.
Bendita espera que se regocija en el brillar de una estrella que miro y observo perdiendo el norte, queriéndolo perder, por que me da la gana perder el norte aquí.
Aquí no merece la pena tener norte ni rumbo, aquí mi brújula pierde la imantación de los centros gravitatorios.
Y me vuelvo a guardar los silencios que me regalas, madre y señora del doñana más dieciochesco.
Me hago capa y silencio.
Ya para más inri, hace el sapo en sabe dios que humeral, su eco más nocturno, romance de verano...
Y sigo guardándome el eco del silencio, ese que no se ve, pero que queda, como todo eco...
Eco de gota en copa de Morera verde y fundida con la negrura de la noche, eco estruendo de la nada, de silencio apabullante, de cielo sabido y estrellas presentes...
Que de una noche sin clamores, clama en silencio el Rocío de tu nombre y majestad!

José Catalan "bota" de jerez
Antenoche del 26/6/2014

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