lunes, 21 de septiembre de 2009

LA GRAN BATALLA

El peso de la miseria, ¿ cabe todo ese peso en una pieza de piano y soledad ?.
Oh!, es cierto,disculpad. La soledad..., no habia caido, perdón, ella es tan..., como lo diria... miserable y embustera. Que cuando viene, lo abarca todo, con su egoismo pluscuamperfecto, se crece en los charcos de la miseria y agota los "stockages" del ego mas personal e intransferible.

La cantera de sentimientos que la surte, no hace más que ayudarla a fabricar grandes losas de peso muerto, llenas estas de suspiros, lamentos, de sobra ornamentadas en cuanto a llanto interior se refiere, de un peso y cuajo tal, que solidifica la respiración, haciendola ancla del sentir propio, de no poderla levantar si quiera, con el primario esfuerzo de la inspiración, se hace calzada nuestro pecho, cuanto más intentamos hacerla escombros.
Se hace pesado, más, en cuanto a apartar la carga comenzamos. Se hace más dueño el peso de nuestro pesar, en cuanto a respirar con más ansias comenzamos.

Miseria, Soledad, Miedo, Inseguridad, Desgana, Sufrimiento.....son algunos de los lugartenientes del ejercito que ahora asoma por entre los costados. Me flanquean el alma, con amenzantes dosis de metralla putrefacta, maloliente, pero de tal vigor y entereza, que es digno de envidiar el atrevimiento y la lealtad que a su ama le deben. No es más que un fanatismo arrebatador.

Y frente a ese inmenso enjendro de sensaciones, yo, mi ego, mis necesidades como persona de salir de esta, yo, solo ante el espejo y las luces, ese espejo que refleja las verdades del barquero, esas luces que iluminan y hacen relucir las verguenzas mas chabacanas de uno mismo, las luces que alargan las sombrar mas chinescas, el espejo de la verdad, cuanta verdad en las mentiras que uno guarda para si en las alcobas del alma, miro frente por frente y en demasia al espejo, me miro, remiro, pienso, observo, me giro, la luz me ciega, me ataca, me saca lustre ante el empeño que pongo en defenderme.
Usa mi fuerza contra mí..., paro, resoplo, me remango las mangas, saco pecho, me pesa la losa del sentimiento atacado aun por las fauces de la ira. inhalo la pizca de valor que necesito, salto sobre el muro que impone la demencia a veces.

Grito mi nombre al aire, solo, estoy solo conmigo mismo en la batalla, pero saldré adelante esta vez, triunfaré, de hecho, con estas letras, le estoy plantando cara a ella, mi soledad más indeseada viene ahora cabalgando hacia mi, blandiré la espada del deseo que tengo por vencerla, tañirán las campanas del ultimo bastión de mi ser, y sonarán el soy yo mismo, el por esta vez esperarás otra ocasión, malvada soledad, llevate tu abaricia, rompe esta vez otro saco. ¿ Por que no vuelves adentro, de donde estabas mejor oculta ?. Oculta tu rostro ahora, que no está la ocasión para tí. ¿ Lo vés ? vencí, al menos por hoy y por ahora.
Vencí

José Catalán Reyes, En el fragor de la batalla más dura y más pura y encima de todo, diaria

1 comentario:

  1. ya sabes de la cuerda al cuello, tanto como yo, sin asidero, de aquello que yo comentaba aquel dia en mi blog en apenas cuatro palabras...

    texto que consigue lo que describe, una sensacion de ahogo que es dificil de superar...

    Abrazos

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